martes, 13 de enero de 2009

El Gran Napoleón Bonaparte.

Lector hipotètico de lagartos extrauniverses, hay un vació muy grande en cuanto a la veradera significancia de la "Revoluciòn Francesa", tan enarbolada por el sistema, y el papel de Napoleón Bonaparte, tan vilipendiado por el mismo sistema; Conclusión: la tan cacareada "Revolución". no fue tal, y Napoleón hizo algo "malo" que nunca le fue perdonado por la Sinarquía. Veamos, hecho mano de Don Salvador Borrego Escalante y un extracto de su libro: "Inflación Empobrecedora, y Deflación Empobrecedora" Edición 7ª Edición Actualizada.



EL GOLPE MÁS AUDAZ DEL SIGLO XVIII

Las muy frecuentes guerras en Europa atraían la atención de gobernantes y gobernados, mientras que toda clase de sectas, logias y clubes secretos seguían proliferando y maduraban golpes cada vez más ambiciosos.

La situación en Francia, durante el siglo XVIIl, se iba volviendo cada día más propicia para un estallido gigantesco, las especulaciones financieras provocaron quiebras en la ciudad de Lyon, a consecuencia de la cual prácticamente dejó de ser mercado internacional, la inflación, con la consiguiente carestía, se hizo patente a partir de 1719.

En general se iba deteriorando la situación de Francia, en tanto que Inglaterra aumentaba su fuerza. De Londres llegaba la influencia secreta de los rosacruces, y de Baviera la de los "iluminados". Ambas convergían a un mismo fin.

Cundía una gran variedad de logias y sociedades secretas. El Papa Clemente XII decretó (1738) la excomunión de los católicos que se afiliaran a la masonería en sus diversos ritos. Pero la masonería no era poderosa por su número, sino por los puestos de suma influencia que ocupaban sus miembros. No eran organismos de masas, pero podían desorientar y mover a las masas.

La monarquía francesa se deslizaba hacia la frivolidad (de te que te Pompadour y te Du Barry fueron bellas exponentes), y menguaba su control sobre la máquina gubernamental. En el ejército había infiltración que debilitaba la disciplina. En el Parlamento se bloqueaban reformas positivas. En el Clero aumentaban los sacerdotes casi indiferentes, y en general cundía una propaganda de confusión.

Las organizaciones secretas recibían fondos de Amsterdam, Rotterdam, Londres, Genova y Venecia y se preparaban a destruir el Estado. En la Corte Ja aristocracia se divertía hasta con el "magnetismo animal" de Mesmer, o con la magia y nigromancia de Cagliostro (Joseph Balsamo), que en realidad operaba como agente de enlace entre conjurados.

Se difundían variadas ideas para romper la unidad. Cierta propaganda hablaba del "Gran Arquitecto del Universo", del "verdadero nombre del Señor", que sólo los grandes iniciados conocían. En las logias existían primeros grados en que se hablaba de Dios, y otros más altos en que regía el odio anticristiano; la Cabala daba "luces" sagradas.

Los que tejían esa enorme tela de araña sabían lo que buscaban, pero otros círculos eran movidos a través de laberintos, hasta que todo desembocó en la Revolución de 1789.

La llamada Revolución Francesa fue hecha con franceses, pero era obra de una fuerza cosmopolita, internacional.(l)

La Revolución dejó ver -tras las matanzas, los degüellos y las cabezas clavadas en palos y paseadas por las calles de París- gran parte de su verdadera esencia, tan sutilmente disfrazada. En 1792 se derogó la Era Cristiana y comenzó a contarse el año primero de la nueva Era Revolucionaria. La semana se convirtió en decena y se suprimió el domingo. Se decretó la abolición del culto católico. Los templos fueron saqueados y cerrados. Se negó a Cristo. Se suprimió la ley divina revelada. Consiguientemente se derogó la ley moral Se proclamó el culto a la "Diosa Razón". El hombre ya no tenía más deberes que los que se diera a sí mismo. Apareció la palabra "democracia", con la cual la fuente de toda autoridad se situó en la decisión de un grupo gubernamental que se arrogaba la representación del "pueblo" y que decía actuar a nombre de éste.

1 "Revolución Mundial".- Nesta H. Webster.

Todo iba a desembocar en los siguientes lineamientos:

1. Guerra contra Cristo.
2. Abolición de la propiedad privada.
3. Educación única, estatal.
4. Alimentación igual para todos.
5. Dictadura con el pretexto de redimir al pobre.
6. Trabajo obligatorio.
7. La niñez bajo el control estatal.
8. Proletarización general. Ataque al burgués.
9. Control natal en nombre del bienestar general.
10. Procesos sumarísimos para los "contra-revolucionarios".

Claro que no podía lograrse todo simultáneamente, pero se avanzaba hacia tales metas.

Hubo tres mil ejecuciones en París; se calcula que 17.000 en toda Francia, sujetas a proceso. Pero las ejecuciones sumarísimas y las matanzas incontroladas hicieron subir de 35.000 a 40.000 el número de muertos. El 31% eran obreros o artesanos; Y el 28% eran campesinos. El resto lo componían "burgueses" Y aristócratas.

En nombre de la justicia se cometieron torrentes de injusticias. En nombre de los pobres se volvió más desventurados a los pobres. En nombre de la libertad se suprimieron todas las libertades. Cesó la libertad de prensa y la libertad de cultos. Los templos fueron cerrados y cientos de sacerdotes y monjas fueron martirizados y ejecutados.

Se formaron milicias comandadas por "comisarios" como Anacharsis Klotz, Marat, Almereyda, etc., y también "sociedades populares", como la de Jacobo Pereira, con sanguinarias consignas.

Se decretó la emancipación de los judíos, pero de todos modos no quedaron conformes porque pretendían las ventajas de una doble nacionalidad, muy especialmente la de "su nacionalidad propia, universal y superior", no sujeta a la conscripción militar francesa.

La Revolución ya era dueña de Francia, pero cometió un grave error. Quiso ir demasiado aprisa, en vez de consolidar etapa por etapa. Antes de tiempo se lanzó al extranjero, confiando en la ayuda que le darían los organismos secretos existentes en todos los países de Europa. Se habló de "liberación de los pueblos".

Dentro de los países invadidos por las tropas revolucionarias francesas se hacían circular informes falsos para desorientar a los defensores; había sabotajes en ei abastecimiento de municiones. Pese al genio militar de Napoleón, algunas batallas no se hubieran ganado de no mediar la ayuda interna de las células revolucionarias sembradas en todo el Continente.

Desde Portugal hasta Prusia, y desde los Países Bajos hasta Italia, la Revolución realizó saqueos enormes. Confiscó bienes de la Iglesia y de diversos Montes de Piedad.

Ocupó conventos, desterró o asesinó religiosos. El Papa fue expulsado de Roma y se proclamó la República Romana. Millones de libras eran enviadas a Francia para reclutar más tropas.

Francia movilizó en total 1.600.000 hombres, que era mucho para aquella época, en que el país tenía 27 millones de habitantes.

La fuerza de la Revolución se lúe gastando. Napoleón, alentado por sus triunfos militares, fue apropiándose del movimiento y convirtiéndolo en bonapartismo. En 1801 hizo cesar la lucha antirreligiosa y celebró un Concordato con el Vaticano. En 1804 se convirtió en Emperador y pidió al Papa Pío VH que lo coronara. Al año siguiente abolió la Era Revolucionaria (que sólo llegó al año 14) y restableció la Era Cristiana



Napoleón entró en dificultades con los financieros judíos, y en 1807 decía: "Sería dar pruebas de debilidad perseguir a los judíos, pero sería dar prueba de fuerza corregirlos"(l).

Creó el Banco de Francia, pero no lo entregó a la alta finanza, sino que se reservó el cargo de presidente vitalicio del mismo. La emisión de dinero no se hacía como préstamo al gobierno, sino de acuerdo con la producción agrícola e industrial (2).

1 Napoleón y los Judíos.- R. Anchel.

2 El Enigma Capitalista.- Joaquín Bochaca.

De esa manera el Imperio Masónico, surgido de la Revolución, se iba desmoronando.
Consecuentemente, las logias y la alta finanza le retiraron su apoyo a Napoleón. Inglaterra ayudó a cercarlo, con la cooperación de Rusia y de Prusia, hasta vencerlo finalmente en Waterloo (1815). La Revolución de 1789 fue un torrente de infamias tan grandes que ahora se le recordaría con vergüenza, de no ser porque una propaganda sutil y constante te ha barnizado como una epopeya de humanitarismo, de "derechos del hombre", de "libertad, igualdad y fraternidad".
PERDIERON MUCHO, PERO NO TODO

La Revolución perdió gran parte de sus conquistas en Europa, pero no todas.
Desde luego, sus reservas económicas salieron beneficiadas. Sus pérdidas más serias fueron en el plano político.

La Revolución no estaba de ninguna manera vencida. Se replegó al secreto de las logias y siguió preparándose para infiltrar, debilitar y dividir a las fuerzas adversarias.

Una de sus primeras íareas fue ir destiñendo las tremendas injusticias de que había sido autora, hasta que la gente se olvidara casi de ellas y admitiera celebrar como fiesta (en Francia y en todo el mundo), lo que había sido un aquelarre de asesinos. Noventa años después Víctor Hugo pudo llamarla "(a gran fiesta de todas las naciones".

El fracaso de instaurar en toda Europa la Revolución total, mediante la violencia, hizo que una rama revolucionaria se suavizara (disfrazándose) y se presentara como "liberalismo". (Esto sin perjuicio de que la otra rama intentara después imponerse nuevamente con la táctica más radical, que a partir de 1848 tomó el nombre de marxismo).

En cuanto a la rama revolucionaria liberal, que frenó la marcha y "humanizó" su rostro, fue reorganizándose alrededor de los siguientes puntos, más o menos declarados más o menos implícitos:

1. No hay ley divina. Sólo ley humana.
2. La razón es independiente de todo principio del Bien y del mal.
3. La moral es relativa.
4. Laicismo obligatorio, gradualmente convertido en agnosticismo y en ateísmo.
5. El número mayoritario es poseedor de la verdad, y quien gobierna a nombre de él es
independiente de todo derecho natural o divino.
6. Tolerancia, en nombre de te libertad, hacia todo lo que la civilización cristiana
considere licencioso o inmoral.
7. Decreciente tolerancia para todo cuanto se oponga al liberalismo.
8. Acreditar, a través de todos los medios, los principios revolucionarios, prestigiándolos como "progreso".

El liberalismo se atrincheró tras una apariencia de ponderación, de equilibrio, de "criterio abierto", aun cuando en el fondo tendía a la instauración de controles precisamente opuestos a todas las libertades. Ante esa acción, sutilmente conducida, no hubo el suficiente empeño para erigir defensas prácticas. (Los términos "liberal" y "liberalismo" se prestan frecuentemente a confusión porque usados en su forma literal tienen un amable significado de "libertad y de razonable equilibrio", pero en otra acepción encierran móviles políticos que precisamente llevan a metas de intolerancia total, o sea, a las consecuencias últimas de la Revolución. Muchos marxistas se ostentan sólo como "liberales".) A partir de 1980 el Liberalismo comenzó a acelerar el paso y ha venido convirtiéndose en Neoliberalismo, el cual es un medio para llegar a la Globalización del Gobierno Mundial. (Bajo éste desaparece la soberanía de las naciones en todas las áreas: económicas, políticas, educativas, jurídicas, etc., y hasta en su moral y costumbres).