lunes, 23 de junio de 2008

Hacia los Fundamentos para el Despertar.

3. DE LA ALEGRIA.

La alegría es el estado espiritual por excelencia. También es sentido puro. Lograr un estado de alegría social permanente es uno de los objetivos más importantes para una nación.

Cuando despertamos, sentimos una terrible necesidad: la plenitud. El hombre siempre esta buscando la plenitud en todos sus actos. En estos tiempos difíciles, donde parece tan utópico buscar la plenitud detrás de las estructuras teniendo que salvar un mar de dolor entre lo añorado y la realización de ese sueño, cabe preguntarnos: ¿Por qué el mundo se ha convertido en un lugar tan siniestro?

Desde ya, estamos en condiciones de responder a esta pregunta. Porque hemos perdido el sentido original. Y pese a que hemos transformado el mundo en algo muy acogedor, detrás de cada recodo, deseo, aspiración, ambición, objeto mental como cultural se esconden monstruos metafísicos que buscan arrancar nuestro dolor, es decir, nuestro sentido. El dolor es el motor que hace a la dinámica de este mundo material. Sin nuestro sentido el mundo perdería consistencia.



La alegría es parte de ese centro superior espiritual que estamos creando a través de nuestro paulatino despertar. Si bien el mundo y las condiciones sociales, económicas y culturales actuales sostienen estructuras devoradoras que exigen la postración del hombre ante lo incierto e inevitable sometiéndolo a aceptar el dolor y la miseria, nosotros decimos que ese estado primordial que llamamos ALEGRÍA puede romper la ilusión de todo paradigma estructurante.

Aún ahora, escribiendo esto para los que quieren despertar, como Yo, siento dolor. El amor mismo es una forma de dolor, un tipo de sinonimia del placer.

Estamos en condiciones de afirmar por eso que:

Todos sufrimos. Que el sufrimiento y el dolor son inherentes a la vida en estos tiempos. Y que el dolor es un mal endémico de nuestras sociedades. Que es evidente que nos hemos acostumbrado a vivir con miedo. Sí, tenemos miedo al dolor y al sufrimiento, pero el miedo no evita que suframos y sintamos dolor.

POR ESO ES NECESARIO ACCIONAR LA VOLUNTAD EN POS DE UNA SOLA META COLECTIVA: UN ESTADO DE ALEGRÍA SOCIAL E INDIVIDUAL. DEBEMOS SENTIR EL VALOR Y AFRONTAR EL MIEDO CON UNA SONRISA LLENA DE GRACIA.



FUERZA Y ALEGRÍA. Estos dos símbolos deben ser restaurados con urgencia. No se trata de asumir una actitud de rechazo al dolor, sino de asumir una actitud desafiante: no nos doblegarán. No por miedo, no a base de dolor. Resistiremos y reiremos, aunque las circunstancias sean aparentemente nefastas, aunque nos enfrentemos a un egrégoro colectivo alimentado por millones de durmientes que escapan al dolor, pero creen en él.

En nuestro mundo actual, pareciera que todos los argumentos dramáticos existen para exprimirnos dolor y que no hay forma de oponerse a esa Voluntad irresistible. ¿Será que podemos activar nuestra voluntad?

Tratemos de ejemplificar: Amamos al mundo y eso duele, hasta los huesos. Un enamorado sufre por amor, un padre ama desmesuradamente a su hijo, amamos al mundo y a veces lo odiamos; caeremos en cuenta que amor y odio, aunque son opuestos, implican sentido, nuestro sentido proyectado al mundo. Ahora la pregunta: ¿Dónde va todo ese amor u odio? Respuesta: No al ente, persona u objeto de nuestro amor u odio. Entonces: ¿Quién se alimenta con esa energía, con ese sentido? Respuesta: Las estructuras metafísicas que sostienen todos los argumentos dramáticos . Verdaderos monstruos astrales que podemos percibir levemente en nuestro mundo onírico .

La alegría, como Gracia emanada de aquel centro volitivo, el Yo, que es el Espíritu en nosotros, puede romper estas estructuras. Entonces utilizaremos el sentido recuperado, ya no proyectado, para nuestra reintegración psíquica.

A continuación la ley de la Alegría:

ES UN DEBER DEL ESTADO PROMOVER LA ALEGRÍA SOCIAL E INDIVIDUAL.

SERÁ DIGNO DE CONSIDERACIÓN Y RESPETO TODO AQUEL HOMBRE O MUJER QUE CONTRIBUYA A SOSTENER UN ESTADO DE FUERZA POR LA ALEGRÍA.

ES UNA PRIORIDAD DE ORDEN LABORAL, CREAR LAS CONDICIONES Y EXIGIR QUE EL TRABAJO SE DESARROLLE CON ALEGRÍA. ESTE FACTOR GARANTIZARA UNA BUENA Y SANA PRODUCCIÓN, SEA ESTA DE ÍNDOLE MANUAL O INTELECTUAL.

NO PODREMOS TENER DERECHO A LA FELICIDAD COLECTIVA E INDIVIDUAL MIENTRAS EXISTA UN SOLO COMPATRIOTA SUMIDO EN LA TRISTEZA , EL DESCONSUELO Y LA DESESPERACIÓN.

LA ALEGRÍA SERÁ DESDE HOY UN VALOR SUPREMO PROTEGIDO CONSTITUCIONALMENTE. NO SE PUEDE CONCEBIR UNA DEMOCRACIA NACIAONAL SIN ALEGRÍA SOCIAL.